Bueno aquí estoy escribiendo de nuevo, realmente no me considero tan buena para esto, pero Dios ha puesto en mi corazón que lo haga, y él nos lleva dulcemente a cumplir sus sueños y su voluntad.
Hoy quiero hablar un poco sobre pruebas, dificultades, momentos difíciles, no se si a usted le ha pasado, pero a mi me costó entender que el hecho de estar con Dios, de caminar de su mano no nos hace exentos de las pruebas a las cuales nos enfrentamos, de un momento a otro sin estarlas esperando; esto trajo preguntas a mi mente: ¿Cómo puede ser que Dios siendo un Padre bueno y amoroso, permite que pasemos por cosas como: la muerte de un niño, una enfermedad, un problema financiero, guerras, catástrofes, temores, inseguridades?, y en medio de una situación como esta se torna difícil entender que todas las cosas obran para bien para los que aman a Dios (Romanos 8:28), cualquiera diría… Espera un momento no suena esto un tanto contradictorio… cómo puede ser que la muerte de un niño, una enfermedad, un cáncer pueda obrar para bien???.
Con el permiso de mi Papá puedo escribir esto…
CÓMO COMENZÓ TODO?
Todo comenzó hace un año, en un mundo de exámenes, citas médicas, especialistas, biopsias, y después de unos meses, teníamos el diagnóstico “Cáncer”... incertidumbre, duda, incredulidad, temor, la mente andando a mil, imaginando un sin fin de cosas sobre lo que iba a pasar… cuando te dicen Cáncer lo primero con lo que se asocia es con Muerte… y que difícil me fue en ese momento tener presente que Jesús murió en la cruz y que por sus llagas somos sanos (Isaías 53:5), que el Dios en el que creo es mas grande que cualquier cosa y que para él no hay nada imposible (Mateo 19:26).
Y bueno hoy un año después puedo decirles que si, efectivamente todas las cosas obran para bien a los que aman a Dios, pero como familia tuvimos que entender que detrás de esta prueba, detrás de esta enfermedad así fuera muy difícil de creer, había un propósito de Dios. Teníamos dos opciones o permitir que nos hundiera la enfermedad, o aferrarnos a Dios. Pero saben, creo que lo que nos ha permitido mantenernos en esa Paz que sobrepasa todo entendimiento que nos promete Dios (Filipenses 4:7), ha sido: LA GRACIA Y MISERICORDIA DE DIOS, que nos permite llenarnos de DETERMINACIÓN, determinación en creerle a Dios, determinación en creer las promesas de sanidad de Dios, determinación a permanecer unidos a Dios y como familia.
No siempre será fácil poder mantenernos firmes, pero les aseguro que vale todo el esfuerzo, que durante las pruebas hagamos todo lo posible en mantener la mirada puesta en Dios, ahora debo confesar que no siempre fue así, no siempre estuvo firme mi fe, pero tuve que obligarme a acercarme a Dios, para que él en su infinito amor y por su gracia maravillosa me levantara y renovara mi fe.
Y PARA QUE?
Creo que parte del propósito de esta prueba en mi familia, ha sido ver que el deseo principal de Dios es que todos podamos compartir la eternidad con él, entender que el paso por esta tierra es temporal, por eso debemos aprovechar cada momento en vivir para adorar y servir a Dios, todo lo demás viene por añadidura entre eso la Sanidad: “Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten. Mateo 6:33”. Hoy puedo decirles que contra todo pronóstico, el tratamiento va muy bien, para Dios no hay nada imposible, continuamos en le proceso y sabemos que Dios en su soberanía está haciendo y hará su perfecta voluntad.
Cuando se nos presenten situaciones donde somos probados, podemos quedarnos pensando el porqué nos pasan las cosas sin poder encontrar una respuesta clara y así no poder salir a flote en la situación, o creer y tener la firme convicción que Dios tiene un propósito en ello, y que existe un ALGUIEN para quien más adelante con nuestros testimonios le podremos mostrar la grandeza y la misericordia de Dios, esto nos catapulta a un nuevo nivel de fe, y a un nuevo nivel en nuestro caminar con Dios.
Y tú qué decides???
“Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz.
Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.
Juan 16:33 (NTV)”